domingo, 2 de diciembre de 2012

Casi todo a pachas....

De unos años a esta parte, se ha colado en la gramática de los modernos-modernísimos la primera persona del plural en lo que a embarazo se refiere. Ya no es “mi señora está embarazada”, ni “hola, me llamo Mari y estoy embarazada”, sino “ESTAMOS EMBARAZADOS”. A lo grande y  por duplicado. Tomayá.  

Llámenlo obsesión, neurosis galopante, egocentrismo atroz o deformación profesional pero cada vez que tropiezo con esa frase me da un ataque de tos, se me aceleran las pulsaciones, me sube la bilirrubina y me pica la nariz. Ya ven, cada uno reacciona al estupor como buenamente lo procesa su cuerpo humano.  


Pero muuuucho peor es cuando me oigo a mí misma comunicar al prójimo semejante falacia y aberración de la naturaleza humana. Porque sí, lo reconozco, soy víctima reincidente de la deformación lingüística que, con cada vez mayor frecuencia, nos contagia esa interpretación distorsionada de La Igualdad y, más de una vez o dos, me he paseado toda chula por la oficina anunciando que Estimado y yo estamos embarazados. Pero, claro, en cuanto llegan esos momentos tan preciosos, entrañables y románticos en los que me veo glamurosamente reclinada sobre el váter soltando todo lo soltable mientras él se zampa un codillo con patatas, me pongo firme y decido abrazar la realidad. En cuanto las náuseas tienen el detalle de darme cinco minutillos de respiro, me levanto, me atuso un poco el pelo, me giro y, bien alto y claro, lo suelto: “PERDONA, PERO AQUÍ LA ÚNICA EMBARAZADA SOY YO. Y PUNTO.”

Nos guste o no, esto es así. Hay aspectos de la vida en los que, salvo mutación genética tras siglos de evolución, nunca seremos iguales. Del mismo modo que ellos disponen de miembro y nosotras, por más que se empeñen algunas intelectuales de reconocido prestigio internacional, jamás tendremos “miembra”, ellos no están ni estarán embarazados. Requete-NO al cuadrado. Y aunque está super guay decirlo y suena chick de la muerte, se trata, no solo de un atentado contra la verdad, sino de una falta de respeto a quienes sí hacen las veces de albergue andante, cantante y sonante durante tres cuartos de año.

Cuando empezamos a anunciar que estábamos esperando un cucufate, la reacción más común era: “¡Olé! Menuda puntería tiene el Estimado. Todo un francotirador, eh?” Ni una sola mención a la calidad, fondo y forma de mis ovocitos, ni al ambiente acogedor de mi útero. Todo el mérito, claro está, para el fecundador. Total, la persona fecundada, con estarse quietecita para que no se mueva la diana vale… Así que, si ustedes me lo permiten, el tanto del embarazo me lo apunto yo. Y que conste que lo digo sin resquemor, desde el máximo cariño a los fecundadores del planeta y sin rastro alguno de reivindicación feminista. En eso no soy nada sospechosa.

Tengo un amigo, con autoestima para dar, tomar y regalar, que lo dice con total sinceridad: “si los hombres tuviésemos que pasar por un embarazo, yo adoptaba ”. También jura y perjura que, el día que su mujer dé a luz, él seguirá muy atento la evolución del parto desde la salita de espera, leyendo el Marca y tomándose un Kit-Kat detrás de otro. Tal cual y sin complejos. A este amiguito mío de la infancia, a quien desde aquí mando un cordial saludo, nunca le oirás decir “estamos embarazados”.

Otro amigo nuestro asegura que, salvo por lo del parto, le encantaría estar embarazado por aquello de que le hiciesen mucho caso. Este amigo, a quien envío otro fuerte abrazo y agradezco su fidelidad al blog, vive en un país cercano pero con poco sol y, sinceramente, creo que la escasez de vitamina D le está pasando factura…

Conste que en estos nuevos tiempos que corren los señores fecundadores están muy colaboradores y se solidarizan in extremis con sus queridas fecundadas. El mío mismamente llegó a sufrir algún que otro episodio de náuseas matutinas y, de cuando en cuando, se pone tibio a cervezas con el único objetivo de que su panza se iguale a la mía y no desentone tanto la cosa cuando paseamos juntos por la calle. Reconozcan que es todo un detalle.

Y cuando nazca la criatura retomaremos, D.M., la primera persona del plural. Todo a pachas. Ambos seremos los padres, le querremos, nos desesperaremos, tendrá nuestros genes, le daremos de comer, le llevaremos al cole, le cambiaremos los pañales, le daremos la te..Ah no, eso tampoco se puede pluralizar. Bueno, ustedes me entienden. Juntitos los dos podremos decirle "Cucufate nuestro, hay que ver lo que te queremos con la guerra que nos das"... Ahora bien, el "¡Con lo que yo sufrí para traerte a este mundo!"...Esa frase me la pido yo. 






6 comentarios:

  1. Toma ya!!! La mitad del planeta no lo podría haber dicho mejor... porque somos hombres.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No hombre, no. Que una cosa es no poder estar embarazado y otra no saber expresarse. Los hay que se expresan de maravilla!!! Pocos, cierto, pero los hay. ;)Es bromita.

      Eliminar
  2. Hija mía, cuánta inquina!
    Me siento ofendidísimo xD
    Parece que la entrada esté motivada por mi comentario de FaceBook; debo decir que fue pura solidaridad y empatía por la que se avecinaba, pero está claro que me ha salido el tiro por la culata...
    Da igual, yo me reafirmo: emocionalmente, yo también estoy embarazado :P

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Jajajajaja. ¡¡¡Para nada!!! No había reparado en ello, la verdad. Por favor, léase este blog entre líneas. Hay mucho de exageración. Haces muy bien en sentirte emocionalmente embarzado. Si empiezas a tener síntomas físicos, corre raudo y veloz a ver a tu doctor! ;) Un beso

      Eliminar
  3. Me ha encantado. Nosotras nos embarazamos y ellos conviven con una embarazada durante nueve meses (sin contar el parto, sigue siendo muuuuuucho más difícil lo primero que lo segundo). Yo me apunto a lo de adoptar, eso de prestarse a gestar otro ser humano, y luego darle salida al mundo, siempre me va a parecer una tarea titánica. Olé a todas las que os enfrentáis a ella y ¡doble olé por llevarlo con humor, peka!

    ResponderEliminar
  4. Gracias, estimada y fiel lectora;) A ver si alguna vez esto evoluciona y conseguimos que la tarea titánica se reparta de verdad!

    ResponderEliminar